Al final, este fin de semana he podido recorrer el valle del río Moros.
Uno de los sitos más bonitos de la sierra de Guadarrama. Y uno de los más
aislados.
El recorrido es largo, pero muy suave. Realmente no es una carrera de
montaña, ya que siempre se corre por pistas y todas las cuestas son flojitas.
Además, haciéndolo en compañía el tiempo se pasa volando, y no se nota tanto el
cansancio, que se va acumulando con el paso del tiempo.
La salida fue tempranera, coincidiendo con la salida del sol (aunque
todavía tardaría una hora en poder verse desde el fondo del valle). Al
principio todavía se notaba el fresquito de la noche, con una temperatura
perfecta para correr.
Lo bueno de este recorrido, es que, cuando el sol empezó a calentar, ya
sólo quedaba rodar cuesta abajo desde la cabecera del valle. Donde están los
dos pequeños embalses que le dan al paisaje un aire canadiense.
En resumen:
- Un valle precioso en el que lo más alucinante es la ausencia de gente. El tener que dejar el coche a unos kilómetros del valle evita la presencia de domingueros. Lo que queda son unos pocos montañeros de verdad y ciclistas.
- La flora escasea tanto como los humanos. Tan sólo los rosales silvestres alegraban la monotonía del verde.
- Y en cuanto a la fauna, la hora temprana ha permitido ver tres corzos (uno de ellos se vislumbra en la foto) y cuatro cuervos. De los de verdad. Enormes. No grajillas, ni grajas, ni cornejas.
30,71 Km (19,08 millas)
586 m
3h 21 min (9,17 Km/h)
Ha sido una carrera preciosa, dura en mi caso al final creo que por falta de entrenamiento, pero de verdad que muy bonita. Gracias por haberme llevado, dudo que llegara nunca conocerlo si no fuera por ti!
ResponderEliminarEn cuanto a la fauna, te olvidas de toros y vacas, pero sobre todo, del toro gigante que literalmente tenía un lomo tan o más alto que yo.