Sólo ha pasado un mes desde el solsticio, pero ya se nota que el sol se recoge antes. Por ahora son diez minutillos de nada. Un pequeño anuncio de que el año ha empezado de nuevo a menguar. Y a mi me ha pillado desprevenido.
El otro día salí con el sol poniente, sin pensar siquiera en llevarme el frontal, y me quedé sin luz cuando ya bajaba de vuelta. Y eso que el recorrido es de los cortos. Así que habrá que estar más atento al Zaragozano.
Por lo menos, saliendo tarde conseguí que el calor ya no se notara tanto. El camino no es de los más bonitos, pero tiene un par de trozos en los que el sendero se pierde entre encinas y enebros. Con ámplias zonas de jaral en las que los conejillos se reúnen al atardecer. Además, a lo largo del recorrido conté con la compañía de rabilargos (siempre presentes), abubillas y un par de oropéndolas.
12,02 km (7,47 millas)
231 m
1h 14 min (9,75 Km/h)
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