Días de calor y noches en las que no refresca. Ha tardado de verdad, pero ya está aquí el verano castellano en todo su explendor. Y ya no me acordaba de lo duro que se me hace correr en estas condiciones.
Estos días me estoy leyendo un libro sobre Badwater, así que la carrera de ayer por lo menos me ha servido para ponerme en situación. Aunque tan sólo sea por un ratito. El caso es que con 25º a las nueve de la tarde la temperatura estaba muy lejos de lo que se suele alcanzar en el valle de la Muerte (entre 45º y 50º es lo normal durante la carrera).
Además, mientras que yo corrí ayer tan sólo quince kilómetros, en la ultra de Badwater la distancia es de más de 230 kilómetros (con un desnivel considerable). Pero ya digo que como aperitivo me bastó. El problema no fue el cansancio.
Lo peor para mi en estas condiciones es sentir como el cuerpo se contrae por el calor. ¡Y eso que corrí cuando ya se había puesto el sol! Será cosa de acostumbrarse poco a poco. Porque a mi eso de correr sufriendo no me va nada.
15,19 km (9,44 millas)
366 m
1h 32 min (9,91 Km/h)
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