Dicen que el invierno ha llegado para quedarse (al menos durante unas semanas), pero hoy el día ha vuelto a recuperar el tono primaveral. El sol y el vientecillo del suroeste permitían salir a correr otra vez con pantalón corto. Así que he salido a disfrutar de la mañana. Que no es cuestión de desaprovechar el tiempo.
Por el camino de las cascadas me he topado con dos perrillos que han pensado lo mismo que yo. No lo de ponerse a trotar, sino lo de aprovechar el momento. Como me los he encontrado en el mirador desde el que siempre hago la misma foto al Picazo, le he podido inmortalizar. Y les he dejado luego solos para que pudieran disfrutar de la intimidad.
El recorrido ha sido relativamente breve. Hasta las cascadas (que siguen casi sin agua a pesar de las últimas lluvias) y luego una pequeña vuelta por las praderas de la Berzosa. Una salida tranquila para soltar las piernas y bajar los roscones que cayeron ayer como si fueran donuts.
1h 47 min
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