Hoy se ha levantado uno de esos días en los que se puede oler ya el invierno que se avecina. Con nubes blancas y grises cubriendo el cielo a ratos, un sol eléctrico dominándolo todo el resto de tiempo, viento del norte, frío y hasta ventiscas ocasionales. Un día en el que me apetecía subir hasta algún pico de la sierra de Hoyo desde el que se pudiera admirar bien las montañas de Guadarrama.
El elegido ha sido el pico del Águila, un espolón que se yergue sobre Moralzarzal en el extremo norte de esta pequeña sierra. Después de un breve prólogo, en el que he contado con muy buena compañía, he tirado por el camino del mirador para subir hasta la cresta. Por el camino he visto varios grupos de buitres que volaban muy bajo. Entre el fuerte viento y el frío, no estaba el campo para dejarse llevar tranquilamente por las térmicas.
Lo que si se han notado han sido las lluvias de los últimos días. Gracias a ellas el suelo empieza a estar mullido y hay algún regato por el que corre el agua. A pesar de que casi todos los arroyos siguen todavía secos.
Desde Peñacovacha ya se podían entrever entre las nubes Cuerda Larga y el resto de la sierra de Guadarrama. Allí en las cumbres la lluvia ha caído en forma de nieve, por lo que aparecen manchadas de blanco. A ver si esta vez ya se quedan pintadas de invierno de verdad, y no pasa como hace poco más de un mes, en que la nieve desapareció a las pocas horas de haber caído.
La bajada desde lo alto la he hecho por la canal norte del pico del Águila. Un sendero pedregoso realmente duro tanto cuesta arriba como cuesta abajo. Al final, tan solo tenía que regresar a casa por el antiguo camino de Villalba (que han arrasado las obras del Canal para la meter la nueva conducción del agua) y por los senderillos del valle del Peregrinos. Llegando a casa cansado y con frío, pero contento por haber aprovechado la primera mañana de invierno de la temporada.
3h 20 min
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