En la primera salida del año las nubes han tenido el detalle de retirarse durante unas horas. Así que he podido correr con el sol de la tarde bajo un cielo azul brillante. De esos que parece que están recién salidos de la caja de regalo. Un verdadero placer para empezar este 2016 con ganas.
El recorrido ha tenido menos cuestas de lo habitual. O mejor dicho, menos desnivel acumulado. Porque es imposible correr por Hoyo de Manzanares sin tener asumido que no vamos a pillar ni un sólo tramo llano. Por eso es tan divertido recorrer los caminos en bici de montaña. O al trote p'arriba y p'abajo.
En este caso he bajado hasta los Peñascales para volver dando la vuelta por el palacio del Pendolero. Comprobando como el campo empieza a empaparse poco a poco con las lluvias de los últimos días. Hasta se pueden ver charcos de vez en cuando (algo que ha echado mucho de menos la parte canina de la familia).
Y al final, como en las últimas ocasiones, me esperaba un epílogo al trote ligero en buena compañía. Un rato más de carrera que viene muy bien ahora que empieza la temporada alta del roscón de reyes.
2h 01 min
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