Primera salida nocturna del año. Aunque el día había sido de esos que invitan a correr, a veces la logística familiar y el trabajo no nos permiten aprovechar las horas con luz. Así que lo que queda es hacerse amigo de la noche.
El caso es que la carrera fue de esas que te dejan una sonrisa en la boca. Primero, por la compañía del prólogo. En el que pude compartir la maravillosa sensación del que corre por el campo de noche por primera vez. Segundo, por poder disfrutar de la Luna nueva y de las estrellas al estar el cielo despejado. Y tercero, por terminar el recorrido con fuerza y hasta con velocidad (palabra que ya creía desterrada de mi diccionario particular).
2h 13 min
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