Ayer aproveché para volver a pasar por los pozos de nieve de Abantos. Siguiendo un recorrido que trepa directo hasta la cumbre y que permite luego recuperar el aliento y aligerar las piernas con una larga bajada. Pasando de camino por los pozos que servían para convertir la nieve en hielo (y que se construyeron hace más de tres siglos).
Esta vez corría en buena compañía. Así que, aunque durante la primera parte el trazado es muy empinado, como íbamos charlando llegamos a la cumbre casi sin darnos cuenta. Después de admirar un rato el paisaje, tocaba seguir el GR 10 durante un tramo.
En el portillo de los pozos de nieve, un pequeño camino desciende por la ladera norte de Abantos hasta llegar primero a una construcción que protege al pozo más antiguo. Y luego, otro senderillo pasa más adelante por otros dos pozos abiertos al aire libre. Uno de ellos, el mejor conservado, todavía tenía el fondo lleno de la nieve que cayó hace meses.
Desde aquí, tan sólo quedaba bajar por en medio del bosque hasta la pista que nos llevaría de vuelta bordeando las laderas de la sierra. Disfrutando de un tiempo perfecto para correr por el campo (y con el canto de los cucos como banda sonora).
2h 47 min
Gracias Nacho por el paseo y sobre todo por la compañía
ResponderEliminarUn abrazote!