jueves, 19 de noviembre de 2020

Días de niebla


Lo bueno que tiene la sierra de Hoyo es que no tiene paseos espectaculares de esos que atraen a las masas de excursionistas. Lo malo es que tampoco podrían explorar demasiado, porque la mayor parte de la sierra se distribuye entre varias parcelas privadas, así que el espacio para andar o trotar es muy restringido.

Al norte y al este, el monte está en manos del Ejército, un espacio donde los ingenieros militares de la academia pueden hacer sus prácticas. Por el sur y el oeste, se extiende la gran finca de la ladera y los Picazos. Un lugar en el que la naturaleza es la protagonista, con numerosas acciones de protección de la fauna y de la flora en colaboración con organismos y agrupaciones medioambientales.

Por eso, en Hoyo realmente lo mejor es olvidarse de las cimas y disfrutar de los senderos y caminos públicos que discurren por las faldas de la pequeña sierra. Admirando las vistas de la meseta castellana, con Madrid al fondo. Al menos en los días claros, porque en esta ocasión no he podido ver más que los árboles fantasma que me iban apareciendo al paso.

En esta época es muy habitual que la niebla venga a acompañarnos; ocultando el paisaje y dándole un toque misterioso. Y como en estos días grises el campo se vacía, tan sólo me he cruzado con varios grupos de ciclistas, surgiendo de golpe como si fueran manadas de centauros sobre ruedas. Un placer disfrutar de la soledad en esta primera salida con niebla de la temporada.

2h 04 min








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