Durante noviembre ha habido algunos días en los que nos levantamos con los cristales de los coches ligeramente teñidos de blanco, pero la primera helada de verdad ha llegado con la entada del último mes del año.
A pesar de que la escarcha ha cubierto esta noche las hojas de la hierba y de los arbustos, lo cierto es que todavía no hace frío. El invierno meteorológico ya está aquí, pero todavía arrastramos la humedad y esa cierta contención que ha tenido el otoño.
En cualquier caso, la mañana invitaba a triscar por los montes, por eso me he ido a dar una vuelta a las Colinas. Para disfrutar viendo como el sol iba fundiendo los cristales de hielo en cuanto sus dedos se abrían paso entre las sombras. Un recorrido perfecto, en la que he salido con el suelo helado y he vuelto con el campo ya desperezado.
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