Llevamos ya dos semanas de heladas nocturnas y frío matinal. Parece que va llegando el invierno, pero sin pasarse. De hecho, hay muchas plantas medio despistadas que están sacando ahora las flores. Siempre hay algún ejemplar díscolo, pero lo de este año es realmente especial, porque son muchas y en muchos sitios las plantas que están floreciendo.
Jaras blancas y jaramagos amarillos pintan los campos con pinceladas sueltas. Como si fuera un esbozo temprano de un cuadro impresionista. El calorcillo del sol del mediodía las incita a creer que ya ha pasado lo peor del año. Luego, por la noche, vienen las rebajas.
Al menos los montes están aguantando bien la reserva de agua que cayó entre octubre y noviembre. Todavía corren los arroyos y las charcas brillan bajo un cielo azul metálico. El aire es puro y cristalino, lo que permite ver los montes de Toledo y de Gredos en la lejanía. Y la ciudad de Madrid escondida bajo una manta marrongris de polución.
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