jueves, 14 de noviembre de 2013

Arroyo de Trofa



En mi salida semanal diurna he vuelto a bajar hasta el arroyo de Trofa. A pesar de que se había quedado una tarde magnífica, sin viento y con una temperatura agradable, lo cierto es que no he salida con ganas de darlo todo. Más bien lo contrario. Con el estómago en plena digestión, me apetecía más ir trotando al sol con paso tranquilo.

Según avanzaba, me he ido encontrando mejor. Además, estos días en cuanto empieza a bajar la luz se nota muy rápido el descenso de la temperatura, por lo que el cuerpo pedía ritmillo para entrar en calor.

Así que la subida del arroyo y la vuelta a las Colinas han ido mejor de lo que pensaba al salir. Pero tampoco para tirar cohetes. De hecho, otro corredor me ha adelantado en la pista de la depuradora con paso ligero (y un ritmo mucho más rápido que el mío, lo que me lleva a pensar que tengo que plantarme en serio mi cadencia).

Lo más destacado del mundo natural han sido las setas que se ven en las umbrías y creciendo debajo de las jaras. Y una hierba de Santiago florida y hermosa. Es curioso cómo incluso en lo más seco del verano o en lo más frío del invierno siempre se ven plantas con flores, a pesar de que sus estaciones sean otras. En este caso muy otras, ya que dice la tradición que esta especie de senecio se llama así porque florece por Santiago (por aquí suele hacerlo ya a finales de junio).

14,48 (9,00 millas)
330 m
1h 34 min (9,25 Km/h)

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