Ya ha llegado el frío de verdad. Por las mañanas el campo amanece
blanco de escarcha desde hace un par de días. Y el vientecillo que se mete
entre la ropa te deja helado. Así que para esta salida nocturna (una más) he
sacado la camiseta de invierno y los guantes. Y no me han sobrado.
Esta vez he salido antes de cenar. Y como no me pesaba la barriga, y el
frío de la noche tampoco invitaba a remolonear, he ido rapidillo. Pero sin
pasarme, así podía ir pensando en mis cosas. Y del resto, poco que comentar.
Ahora que la luna se ha quedado reducida a una rodajilla matutina, la
noche estaba oscura como boca de lobo. Y con esta temperatura, los animalillos
que han quedado para pasar el invierno no se mueven de debajo de las matas y
hierbas que los cobijan. Nos toca esperar al menos cuatro meses hasta que el
campo vuelva a revivir.
Mientras tanto, correremos para entrar en calor.
11,39 Km (7,08 millas)
231 m
1h 07 min (10,20 Km/h)
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