viernes, 8 de noviembre de 2013

Praderas de la Berzosa



Segunda prueba del recorrido (depurando un poco las curvas). Esta vez la noche estaba preciosa y despejada. Con la luces de Madrid brillando en la lejanía y la luna empezando a crecer, pero siendo todavía tan sólo una rodajilla anaranjada llena de magia. De hecho, me paré un momento para hacerle una foto (con resultados lamentables).

Disfruté la carrera en silencio y sin compañía. Esta vez ni siquiera los sapos habían salido a jalearme desde el borde del camino. Supongo que estarán buscando ya algún hueco tranquilo y calentito para pasar el invierno.

Lo que sí que volvió a sorprenderme fue el reflejo exagerado de la luz del frontal en los brotes nuevos de los enebros. Cuando están mojados se transforman en verdaderos reflectantes. De hecho, con el viento de los últimos días habían caído muchas hojillas, y el camino brillaba como si estuviera cubierto de pequeñas lucecitas.

10,90 Km (6,77 millas)
265 m
1h 08 min (9,61 Km/h)

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