No es lo mismo correr durante el invierno al sol del mediodía (aunque caliente
poco) que hacerlo de noche, con viento y frío. Lo primero tiene un pase. Para
lo segundo hay que ser un profesional (y un machote).
Así que me temo que durante unos meses me van a ganar los cantos de
sirena del sofá (con una manta, bien calentito). Ha llegado el momento del
descanso invernal. Lo mejor será imitar a los osos, comiendo y durmiendo
durante unos meses para volver a lucir nuestras lorzas en primavera.
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