jueves, 7 de noviembre de 2013

Praderas de la Berzosa



Una noche de viento fuerte, y algo de lluvia, aunque no hacía nada de frío. El caso es que quería variar un poco de recorrido sin que me dieran las uvas. Así que me he dedicado a dar vueltas por las praderas de la Berzosa, subiendo y bajando mientras hacía la digestión.

Lo bueno del recorrido es que es tranquilo, no hay que cruzar ninguna carretera y puedo cortar por lo sano o ampliarlo cuando quiera. Lo malo es que no se ve demasiado mundo (aunque de noche, eso no importa mucho).

Por el camino he levantado un par de perdices, que han logrado eludir a los cazadores hasta ahora. Y me he cruzado con unos cuantos sapillos corredores (como el de la foto) que hacían honor a su nombre y se iban por patas en cuanto pasaba.

El ritmo ha sido más lento de lo normal por el trancazo que llevaba encima. He seguido las recomendaciones de un amigo para quitármelo de encima corriendo, y parece que está funcionando. Al terminar, ducha, pijama, libro y quedarme frito a la tercera página. Una buena forma de terminar el día.

10,48 Km (6,51 millas)
265 m
1h 12 min (8,73 Km/h)

No hay comentarios :

Publicar un comentario