Salida tardía, con la idea de hacer un recorrido cortito por el arroyo de Peregrinos. Pero como me encontraba bien y no hacía demasiado calor, al final me lie y decidí tirar para arriba. Una opción acertada, ya que el atardecer desde lo alto de la sierra de Hoyo es siempre digno de verse.
Lo malo es que con el ritmo que llevaba (lento, tirando a muy lento) se me hizo casi de noche en las cimas de la sierra. Así que la bajada la tuve que hacer por la vía directa, terminando bajo la luz de las farolas por las calles de Hoyo.
Pero mereció la pena. Por el paisaje, por haberme sentido bien en las cuestas (p'arriba y p'abajo), por haber descubierto un senderillo nuevo entre las praderas del Peregrinos... Y por la ducha de agua fría, que me dejó como nuevo al volver a casa.
Si todo sigue así, creo que este fin de semana me voy a ir a dar una vuelta por la Najarra, Cuerda Larga o Navacerrada. Dependerá de la logística. Pero el caso es que me apetece mucho volver a trotar por montañas de verdad (aunque sólo sea una vez) antes de viajar al norte.
18,30 km (11,37 millas)
758 m
2h 27 min (7,47 Km/h)
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
No hay comentarios :
Publicar un comentario