Aunque yo suelo atar las zapatillas con un nudo sencillo, hay gente que le dedica su tiempo. Algunos casi sufren de un trastorno obsesivo compulsivo a la hora de manipular los cordones. Pero el caso es que hay un tipo de nudo que deberían enseñarnos desde la más tierna edad para poder usarlo en situaciones difíciles.
Lo he visto por ahí nombrado de mil formas, pero yo lo llamo simplemente "nudo para botas de montaña". Realmente sus ventajas no se limitan sólo a este tipo de calzado, pero cualquiera que se haya pasado unas horas pateando el monte en invierno y quiera desatarse las botas al final del paseo sabe que la cosa no es tan sencilla.
Con las manos ateridas por el frío, los dedos como si fueran morcillas, sin sensibilidad en las yemas y con los cordones mojados, lo cierto es deshacer una lazada no siempre es sencillo ni fácil. Es en estos momentos cuando apreciamos las ventajas del "nudo para botas de montaña".
Es fácil y rápido de hacer, no se desata sólo, sirve incluso para cordones satinados y resbaladizos. Pero lo mejor de todo es que se deshace con una mano, tirando de un cabo. Como el más sencillo y simple de los nudos. De hecho, tan sólo es una versión doble del mismo.
Por eso, a veces es bueno utilizarlo en las zapatillas de correr. En invierno, cuando vayamos a cruzar ríos o sitios embarrados, cuando vayamos a correr mucho tiempo, o entre arbustos. En fin, para usarlo cuando nos haga falta. Y para enseñárselo a nuestros hijos desde el primer momento.
No hay comentarios :
Publicar un comentario