sábado, 22 de agosto de 2015

Acantilados de Quejo

El sol nos está visitando unos días en Cantabria y ha dejado las playas llenas de gente celebrando el buen tiempo. Aunque otra forma de pasar el tiempo es echarse una carrerita cerca de la costa para disfrutar de las vistas con el cielo despejado y el mar tranquilo.

En este caso, el paseo me ha llevado por los acantilados del cabo de Quejo. Para empezar, y como suele ser habitual en mí, me he equivocado de lugar de salida. Iba buscando la ermita de los Mártires, en Arnuero, y la he confundido con la iglesia de la Asunción.

Afortunadamente no están muy lejos una de otra, así que al cabo de un rato he podido volver al buen camino (en el sentido más literal de la palabra). Lo malo es que he tenido que seguir un trecho de la carretera que lleva a Isla. Lo bueno es que he podido seguir el sendero que bordea la ría de Ajo (o de Castellano) casi desde el principio.

La ría termina en la playa de la Arena, a la que he llegado después de despistarme otra vez durante el camino. Allí comienza un sendero que sigue la línea de la costa. Y que, gracias a que está marcado, he podido seguir sin perderme más veces. Para variar.

Esta parte es realmente bonita. Desde la punta de Cueva Colina y desde el cabo de Quejo las vistas son espectaculares. Con acantilados, dolinas karsticas, prados ondulantes... Y un par de subidillas pindias (y sus correspondientes bajadas).

El sendero marcado termina en las depuradoras de Quejo, al norte del pueblo. Desde allí, y aprovechando la marea baja, he podido cruzar la ría hasta la playa del Joyel sin mojarme demasiado (tan sólo he tenido que quitarme las zapatillas).

El resto del recorrido ha sido mucho menos solitario. Las playas del Joyel, de Ris y del Trengandín estaban a rebosar. Aunque al menos he aprovechado para conocer el camino de la costa, que une las dos partes de Noja con un sendero que se abre entre las rocas y árboles.

Y al final ha llegado el mejor regalo de todo el recorrido: un largo baño en la zona más asilvestrada del Trengandín. Lo mejor para relajar las piernas cansadas y para limpiar el polvo y sudor del camino (algo necesario si queremos volver a gozar de la compañía de amigos y familiares).

2h 15 min

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