Una pequeña travesía de la sierra de Peña Cabarga, desde el pueblo de la Concha hasta Liérganes. Perdiéndome un poco por senderos cubiertos de zarzas, pinchándome con los tojos en la zona alta de los montes y frotándome con algunas ortigas por el camino. Así que el resultado ha sido precioso por las vistas, pero un poco duro para las piernas.
De hecho, he terminado con más arañazos de los que recuerdo de mi infancia. Pero realmente ha merecido la pena. Por un lado, la subida hasta Castril Negro es dura, pero breve. Por otro, arriba el sendero sigue el recorrido de las lomas, lo que permite ver el paisaje a los dos lados de la sierra.
Y al final, cuando ya estamos un poco hartos de frotarnos con todas las plantas espinosas de la región, el camino se ensancha y tira para abajo. De hecho, tan sólo queda volver a Liérganes por un recorrido facilito pasando por Pámanes, San Vitores y Anaz.
Durante el recorrido destacan varios puntos de interés. Al final de la subida, ya cerca de Castril Negro, los restos de una vía férrea que se usaba para bajar el mineral de hierro hasta el puerto de Santander. Además, las excavaciones han dejado una zona de la montaña llena de pináculos y algunas trincheras por las que discurre el sendero.
Más adelante, en la zona de la peña Mora es posible distinguir los restos de un pequeño castro. Aunque los muros de las cabañas están en mal estado y medio ocultos debajo de la vegetación.
Y ya cerca del final, entre Pámanes y San Vitores el camino vuelve a seguir el recorrido de otra antigua vía de tren que convierte el sendero en un túnel entre los árboles que lo bordean. Además, correr por un tramo horizontal es un respiro para las piernas después de tanto sube y baja.
En definitiva, un recorrido muy aconsejable. Sobre todo si no nos despistamos por senderos medio perdidos entre los arbustos. Aunque, en cualquier caso, lo mejor quizás sea correr con una pantalón largo para evitar males mayores.
2h 31 min
No hay comentarios :
Publicar un comentario