Sigo corriendo con el alma en los pies. En el mejor de los casos, no encuentro el ritmo hasta que ha pasado más de media hora. Pero últimamente salgo cansado, continúo resoplando y llego maltrecho y dolorido. Y eso que estoy haciendo recorridos facilitos.
El caso es que llevo ya muchos meses con la marcha lenta. Con pocas fuerzas y bajando revoluciones. Calor, lesiones, enfermedades, peso... o simplemente la edad. Así que no queda más que acostumbrarse a la nueva velocidad. O a la falta de ella. Y disfrutar del paisaje.
Esta vez el recorrido daba la vuelta al pueblo. Con buenas vistas en la parte alta del camino. Pudiendo distinguir a lo lejos, además, los troncos rojizos de los alcornoques recién pelados en la ladera. Con el sol entrando muy bajo y las sombras alargándose según me acercaba de vuelta a casa.
Al final he llegado realmente cansado para lo corto de la salida. Llevo un tiempo con ganas de hacer algún recorrido de varias horas por la sierra, pero si no recupero un poco la forma, tendré que dejarlo para más adelante. O hacerlo con muletas.
1h 40 min
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