No hay mejor forma para cerrar un fin de semana frío y con nieve, que aprovechar la última luz de la tarde del domingo para salir a correr un rato. En este caso por la cresta de la sierra de Hoyo, con la idea ver cómo estaban después de las tormentas Cuerda Larga y el resto de cimas de Guadarrama.
Pero a pesar de que por Hoyo las nubes volaban altas y tranquilas, en la sierra las cumbres estaban ocultas por negros nubarrones. Y en las zonas bajas se veía que al nieve había seguido cayendo hasta ese mismo momento. Aunque las montañas no se veían, la luz pintaba un paisaje en blanco y negro digno de un cuadro japonés.
Además, cuando estaba admirando el paisaje desde uno de los miradores, ha venido a posarse cerca de mí un escribano montesino. Con poco susto o con mucho frío, el caso es que el pajarillo se ha quedado un rato a mi lado.
Lo que seguía soplando por las aristas de la sierra era el viento helado del norte. Y en la parte alta quedaban algunas manchas de nieve entre los arbustos y rocas. El invierno parece que se está despidiendo haciendo un poco de honor a su nombre.
Pero esta semana he visto narcisos asomando sus flores amarillas. Una señal de que, más allá del frío o calor del momento, ya se acerca de verdad la primavera.
2h 13 min
No hay comentarios :
Publicar un comentario