Hoy nos hemos levantado con un poco de nieve en el suelo y viento frío de norte. De ese que busca un agujero para meterse por la espalda y dejarte helado. Casi, casi como si estuviéramos en invierno. Así que para darme una carrerita por el campo he sacado todos los trapos que tenía al fondo del cajón.
Una vez fuera, lo que realmente molestaba más era el viento. Porque la temperatura se podía aguantar muy bien (sobre todo cuando ha empezado a asomar el sol entre las nubes). Por eso he elegido un recorrido protegido. Con la sierra de Hoyo haciendo de parapeto y las vistas de la meseta madrileña desde la parte alta del camino.
Una salida relativamente breve, pero hay que aprovechar este breve invierno mientras dure. Porque como lo dejemos para mañana, lo mismo vuelve a ser primavera y nos lo perdemos.
1h 36 min
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