Cuando se busca un recorrido para correr por la desembocadura del Miño, lo que nos pide el cuerpo siempre es subir al Tecla. Un monte precioso y cuajado de senderos por los que perderse. Cuesta arriba y cuesta abajo.
Así que he salido al amanecer para disfrutar del camino de la costa hasta La Guardia (en el que se puede coger buen ritmo por su trazado llano), antes de sumergirme en las laderas de este monte realmente mágico. Por su historia, por sus leyendas y por las vistas desde sus miradores.
Además, a la vuelta he añadido otros veinte minutos corriendo en buena compañía por las orillas del Miño. No se puede pedir más.
1h 35 min
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