Salir a las tres de la tarde estos días puede parecer una locura. Pero el caso es que unas pocas nubes taparon el sol lo suficiente para que aprovechara el momento y me liara la manta a la cabeza (en sentido totalmente figurado).
En principio esperaba hacer un recorrido corto y facilito, por aquello de la hora y el calor. Pero como me sentía mejor de lo previsto me desvié para subir a la sierra de Hoyo.
Y aunque sudé la gota gorda el caso es que las nubes me hicieron un poco de sombra durante toda la subida. Antes de bajar, aproveché para beber un poco en una de esas fuentes que dan nombre al pueblo (por lo visto hoyo viene de ojo, una forma antigua de mencionar un manantial).
Al final, el calor fue minándome las fuerzas, así que me lo tomé con calma. Aprovechando que todo era cuesta abajo me dejé llevar con un objetivo en la cabeza: tirarme a la piscina en cuanto llegara. Porque a veces una de las mejores cosas de correr por el campo es disfrutar de los que nos espera cuando terminamos.
2h 00 min
No hay comentarios :
Publicar un comentario