jueves, 8 de noviembre de 2012

Libro: Born to Run (Christopher McDougall)


Fue el primero en el tiempo. Y sigue siéndolo en cuanto a la importancia que tiene. Para empezar, es muy entretenido de leer. A través de sus páginas descubrimos a las figuras americanas de las carreras de larga distancia, a los indios Tarahumara y su increíble forma de vida y las teorías minimalistas en cuanto a la técnica deportiva. Y todo como si fuera una novela de acción.

Un libro realmente imprescindible para entender muchas cosas del correr.


Argumento
Tras sufrir una lesión en el pie, el periodista deportivo Christopher McDougall indaga en la raíz del mal y en la forma óptima de correr. Para ello visita a científicos y médicos de todo el mundo. Y, sobre todo, persigue la sombra de un esquivo corredor americano que vive en las Barrancas del Cobre, en México. En estos profundos cañones viven los indios Tarahumara, capaces de correr durante cientos de kilómetros casi descalzos y sin lesionarse.

martes, 6 de noviembre de 2012

Lesiones


Siempre he sido un gran defensor de buscarle a las cosas el lado positivo. Ya sabes, si te tiran un limón, haz limonada. Así, hasta las lesiones pueden tener algo bueno: aprender anatomía.

Para eso, nada mejor que mi pierna derecha. Gracias a ella ya conozco músculos y tendones de los que no tenía ni idea:

  1. Tendón pata de ganso: lo tuve tocado durante varios meses hace años. Entonces todavía corría dando zancadas largas, lo que parece que no es bueno para casi nada. De hecho, esa forma de correr también me provocaba lesiones continuas en los gemelos. Corregí la técnica y se solucionaron los problemas.
  2. Banda iliotibial: empecé a saber de su existencia tras una carrera de tres horas muy técnica por la montaña. Y lo empeoré unos días más tarde al subir y bajar La Najarra (cojeando al final). Me dejó dolorido durante un mes y medio. Se suele resolver el problema con estiramientos y haciendo reposo cuatro semanas. Yo estuve más tiempo por cretino y pensar que con quince días bastaba.
  3. Tendón isquiotibial bíceps femoral: con ese nombre parece de la nobleza, pero es como los demás. Me molestó por primera vez la semana pasada al bajar triscando el cerro de San Pedro. Parece que con masajes y reposo se arregla la cosa. Y, aunque no me duele mucho, por si acaso me lo he tomado con calma. Estaré un tiempo con bici estática hasta que se me olvide que existe. Veremos si aguanto o vuelvo a hacer el tonto antes de tiempo.

Por ahora eso es todo lo que he aprendido. El saber no ocupa lugar, pero preferiría seguir ignorando el resto de fontanería de mis piernas. A ver si hay suerte.

Estilo


No hay dos personas que corran de la misma forma. Cada cual tiene un estilo característico e inconfundible al mover el cuerpo, al girar la cabeza, al patear el suelo o al bracear.

En las escuelas de atletismo se suele insistir mucho en la técnica para mejorar teóricamente el uso de las fuerzas. Así, es muy fácil de distinguir el braceo “oficial”: poderoso, uniforme y paralelo al cuerpo.

Quizás sea beneficioso para los corredores de pista, en los que unas décimas de segundo marcan la diferencia. Pero para los que corren por caminos y montes durante horas, lo importante son otras cosas. La técnica es más importante si cabe, pero es buena sólo si permite estar cómodo.

Por ejemplo, el braceo. Si se usa el tipo oficial durante mucho tiempo, lo más probable es que se inflamen los costados del cuerpo, cerca de las axilas. Por eso los que corren ultras suelen llevar los brazos con los codos hacia fuera y moverlos mucho menos.

En atletismo de pista es ya muy difícil encontrar a alguien como Emil Zatopek, cuya forma de correr fue descrita como la de un tipo luchando contra un pulpo encima de una cinta transportadora. En distancias largas, los kenianos y etíopes muestran muchas más diferencias. Y en el mundo del ultramaratón, todavía hay muchos que luchan contra pulpos.

Tres de los más grandes nos sirven de ejemplo para darnos cuenta de que en la variedad está el gusto: Anton Krupicka, Geoff Roes y Scott Jurek.


lunes, 5 de noviembre de 2012

Frases


Hay frases que consiguen destilar una idea compleja y dejarla en lo esencial. Otras nos muestran facetas nuevas que no habíamos percibido antes. Otras resumen una vida.

Estas son las mejores frases que he encontrado para entender mejor cómo y por qué corremos. Para tenerlas siempre presentes:
  • “Think Easy, Light, Smooth, and Fast. You start with easy, because if that’s all you get, that’s not so bad. Then work on light. Make it effortless, like you don’t give a shit how high the hill is or how far you’ve got to go. When you’ve practiced that so long that you forget you’re practicing, you work on making it smooooooth. You won’t have to worry about the last one – you get those three, and you’ll be fast.” Micah True, "Caballo Blanco"
  • "A man must love a thing very much if he not only practices it without any hope of fame and money, but even practices it without any hope of doing it well." G. K. Chesterton
  • “An ultramarathon is an eating and drinking contest, with a little exercise and scenery thrown in.” Sunny Blende
  • "Pain is inevitable; suffering is optional." Dalai Lama

viernes, 2 de noviembre de 2012

Cerro de San Pedro


Después de los errores del último día, hoy había decidido tomármelo con calma. Y desayunar como un campeón, por si las moscas. Pero el caso es que, según me acercaba a Colmenar, he visto el cerro de San Pedro con una corona de niebla y la cumbre al sol que parecía invitarme a probar fuerzas.

Así que he aceptado la invitación. He salido bien, con el sol calentándome la espalda. Iba pendiente todo el rato de las piernas, por si el cansancio. Pensaba que si no me encontraba bien durante los primeros kilómetros siempre podría hacer una variante del recorrido, y dejar a San Pedro para otro día. Pero como me encontraba con fuerzas, he tirado para arriba.

He empezado la subida con calma. Cuando he entrado en la niebla que cubría las laderas de cerro, a media altura, se ha notado el fresquete. Además, soplaban ráfagas de viento en los collados.

Cuando he llegado a la cumbre, la niebla había subido conmigo y no se veía nada, así que he empezado la bajada corriendo entre las nubes. Ya a mitad de bajada, el sol ha regresado haciendo brillar los prados. Este tramo es muy largo y bonito, y se disfruta mucho por la velocidad que recuperamos después de haber jugado a carrera de caracoles en la subida.

Las dos últimas subidas para volver al punto de partida han sido muy llevaderas. Parece que ya me he recuperado de lo del otro día. Al final, he hecho un buen tiempo, lo que siempre te alegra un poco y te da ánimos para afrontar la próxima carrera con optimismo.

En resumen:
  • Cada vez estoy más convencido de lo importante que es empezar tranquilo y subir despacio. El esfuerzo temprano se paga caro. Y lo poco que ganamos en tiempo subiendo forzados no compensa. Aunque parezca un contrasentido, lo suyo es recuperarnos cuando vamos cuesta arriba para disfrutar corriendo de verdad cuesta abajo.
  • Me parece que lo de comer bien antes de correr es lo que puede marcar realmente la diferencia entre disfrutar o lloriquear de cansancio.
  • Los pulmones, por fin bien, gracias. Pero ahora parece que me molesta un poco el muslo por detrás (creo que es el tendón biceps femoral). Veremos qué tal va estos días.
14,65 Km (9,10 millas)
556 m
1h 44 min (8,45 km/h)