Era una noche oscura y tormentosa. De repente, brillo un relámpago. O mejor dicho, brillaron muchos seguidos. Aunque lo cierto es que lo hacían en la lejanía, sobre Colmenar Viejo y el valle del Manzanares.
Lo malo de que el cielo estuviera cubierto con nubes oscuras cargadas de tormenta es que no pude ver la Luna. Y en ese momento estaba casi llena. Lo bueno es que pude disfrutar del espectáculo de fuegos artificiales sin padecer las consecuencias.
Así que mientras daba la vuelta al pueblo iba entretenido. Y por momentos un poco preocupado por si el viento traía ese festival de luces, rayos y lluvia. Pero al final la tormenta se desvió hacia Madrid y yo pude regresar tranquilo y seco a casa.
Aunque me dieron las tantas por un error de logística. Pensaba que el recorrido se desviaba por los decorados. Pero no. Así que terminé haciendo un camino más largo en distancia y tiempo de lo previsto. Esta vez con la compañía puntual de una familia de jabalíes que se cruzaron cerca de la carretera.
15,06 km (9,36 millas)
340 m
1h 34 min (9,61 Km/h)
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