sábado, 4 de abril de 2015

Paseo por el arroyo de Peregrinos

Lo normal cuanto se tiene una lesión es estar sin correr durante un mes. Así el cuerpo tiene tiempo suficiente para olvidarse de todos sus males. Es como un reseteo funcional. Lo malo es que aguantar cuatro semanas parado es muy difícil. Sobre todo porque al cabo de unos días de reposo parece como si las lesiones hubieran desaparecido. Pero no. Sigue ahí las malditas.

Y como yo estoy dispuesto a tropezar en la misma piedra tantas veces como haga falta, he decidido salir a probar un poco. Por lo menos, sabiendo ya por experiencia que lo del párrafo anterior es cierto, me lo he tomado con muuuucha calma. De hecho ha sido más un paseo al trote que una carrera. Todo el tiempo comprobando las sensaciones del tobillo.

Lo bueno es que he podido terminar el paseo sin problemas. Lo malo es que el dolor todavía sigue estando ahí. Mejorando, pero en el mismo sitio. Así que habrá que esperar hasta el fin de semana que viene para darle otra oportunidad. Para que una lesión se cure del todo hay que esperar cuatro semanas. Pero yo nunca lo he logrado.

13,66 km (8,49 millas)
322 m
1h 32 min (8,91 Km/h)

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