jueves, 30 de abril de 2015

Torrelodones y presa del Gasco

Como el otro día subí hasta Hoyo, hoy tocaba bajar hacia la presa del Gasco. Por aquello de que en la variedad está el gusto. Con un tiempo perfecto, porque a pesar de que el sol lucía en un cielo casi sin nubes, lo cierto es que la brisa dejaba la temperatura fresquita para correr sin agobios (sobre todo a las tres de la tarde).

Ya sé que me repito, pero el campo está alucinante en esta época. Es como si cada planta, cada brizna de hierba, cada flor y cada hoja estuvieran compitiendo para ver cuál es más brillante y llamativa. En la parte alta, las jaras siguen dominando todo con sus flores. Y en la zona del Gasco, lo que me ha llamado más la atención han sido los cantuesos, tiñendo el campo de color morado.

Así que aprovechando el tiempo y el paisaje, me he salido un par de veces del camino para trotar un poco campo a través. O para arrastrarme monte arriba en uno de los casos. Lo malo es que esa subida al cerro que vigila la presa del Gasco me ha dejado muerto. Luego tan sólo he podido fingir que corría, sobre todo cuando ha tocado volver a Torre.

Pero antes, en la zona de la presa me he cruzado con un zorro que estaba sesteando a la sombra de los pinos cerca del canal. Quitando los pájaros (hoy sobre todo los cucos, que han puesto la banda sonora de la primavera) es raro ver a estas horas del día a animales más creciditos. Por eso me ha sorprendido toparme con el bicho. Aunque lo cierto es que en esta zona ya lo había visto en otras ocasiones.

Al final he terminado realmente cansado. Sobre todo noto que últimamente no voy mucho a la montaña. Y las cuestas más empinadas, esas en las que hay que subir andando (y poniendo las manos en ocasiones) acaban con las pocas fuerzas que tengo. A ver si en mayo puedo escaparme más veces por Guadarrama.

17,61 km (10,94 millas)
502 m
2h 02 min (8,66 Km/h)

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