martes, 1 de diciembre de 2015

Cascadas

Una semana larga me ha durado la flojera por culpa de un virus tontorrón. Así que hoy he salido con verdaderas ganas de disfrutar del recorrido. Y nada mejor para pasárselo bien que hacer un poco de fartlek. Con cuidadito, eso sí. Que no tenía nada claro cuánto me iban a aguantar las piernas.

Como corro sin reloj, la duración de los momentos de acelerón (relativo) la elijo sobre la marcha. Para empezar, prefiero hacer de liebre en llano o cuesta arriba. Porque correr entre piedras cuesta abajo y desmelenado es lo mejor para garantizarse una caída.

Por otra parte, el número de repeticiones lo marcan las sensaciones que me va dictando el cuerpo. Al final de lo que se trata es de disfrutar de verdad, no de flagelarse con una tabla prefijada escrita en un papel.

Por todo eso, la salida ha sido realmente agradable. Con un tiempo que sigue siendo espectacular (sobre todo teniendo el solsticio a la vuelta de la esquina). De hecho las abejas siguen trabajando como locas en las pocas flores que encuentran por el campo (zumban de lo lindo en las hiedras). Así que cuando he pasado al lado de unas colmenas iba con ojo para evitar problemas.

1h 38 min

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