Tenía ganas de repetir este recorrido, ya que la primera vez que lo hice terminé arrastrándome. Literalmente. Es cierto que fue en una tarde de verano, con mucho calor, poca agua y sin haber comido. Vamos que había sacado todas las papeletas para conseguir la gran pájara. Y así me fue.
Esta vez me lo tomé con más calma y le puse un poco de cabeza. A veces aprendemos de nuestros errores (aunque no siempre). Además, no es lo mismo correr en agosto que hacerlo con el fresquito de diciembre. Y por la mañana temprano, mi momento favorito para trotar por el campo.
El recorrido comienza al lado de la estación de Cercedilla, Y sube hasta el puerto de la Fuenfría siguiendo el sendero de Puricelli, primero, el antiguo camino de Segovia, después, y la calzada romana hasta el final. Una de las formas más directas y fáciles de alcanzar el puerto, ya que la carretera de la República es demasiado larga.
A estas horas del día, tenía todo el valle para mí. Con la niebla despejándose y quedando tan sólo algunos jirones sueltos agarrándose a los pinos. La salida del sol entre las nubes se agradecía. Pero en ese momento me tocaba meterme en el bosque que cubre la cara norte de Siete Picos, así que todavía iba a estar un rato a la sombra.
Para llegar hasta el puerto de Navacerrada seguí el trazado del camino Schmid (que recibe el nombre del que primero se preocupó en marcarlo allá por los años veinte: el austriaco Eduardo Schmid Weikan). En esta zona me crucé ya con varios excursionistas, ya que es uno de los caminos más conocidos de la sierra por su fácil trazado y por la belleza del pinar que atraviesa.
En el puerto comenzaba la larga bajada de vuelta hasta Cercedilla. Para ello elegí seguir los senderillos que acompañan al arroyo del Purgatorio. En uno de los muchos recodos del valle (que realmente merece la pena) me crucé con una pareja de corzos. Como se pararon un rato a observarme antes de salir por piernas, pude hacerles una foto (de mala calidad, teniendo en cuenta la cámara de mi móvil).
Pasado el embalse de Navalmedio me desvié por la zona del cementerio para regresar, siguiendo la vía del tren, hasta donde había dejado el coche. Terminando así un recorrido que atraviesa tres valles preciosos y que se hace muy agradable al discurrir siempre debajo de los pinos. Perfecto para pasar unas horas en la montaña. Sobre todo si no hace demasiado calor y llevamos la caldera llena de combustible.
3h 29 min
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