Después de una semana lloviendo se agradece ver de nuevo el sol. Sobre todo para poder disfrutar de la naturaleza y correr un rato por prados repletos de flores. Porque con este tiempo, es como si estuviéramos en plena campiña inglesa.
El recorrido para perderme un rato por el monte ha sido todo un clásico. Como no tenía demasiado tiempo para trepar hasta lo alto de la sierra de Hoyo, he decidido acercarme por lo menos hasta el mirador que hay por encima de las cascadas.
Con calor en la cabeza, pero con los pies fresquitos al tener que chapotear entre tanto charco y venero por en medio del camino. Aunque lo cierto es que el sol pega ya fuerte, por lo que hay que pensar en ponerse ya una gorra para las salidas a mediodía.
Los fines de semana prefiero trotar por senderos medio ocultos para evitar cruzarme con las hordas de paseantes que invaden los caminos anchos. A pesar de eso, me he cruzado con gran cantidad de ciclistas, paseantes y otros corredores. Es lo que tiene el buen tiempo después de tanta lluvia.
2h 11 min
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