miércoles, 2 de diciembre de 2020

Terminando el otoño


Aunque estamos ya en diciembre, lo cierto es que el frío del invierno todavía no ha asomado la cabeza. Como es ya habitual en los últimos años, el otoño y la primavera están acortando los días de hielo, nieve y viento del norte. Aunque parece que ya queda poco para que tengamos que salir de casa envueltos hasta las orejas.

Estos últimos días han estado limpiando una parte del monte por la zona de la Berzosa, supongo que para evitar incendios. Han dejado el campo triste y pelón, con árboles como un archipiélago de islas a la deriva, pero sin plantas debajo. Así que los animalillos tienen que cobijarse allí donde las jaras, cantuesos, tomillos y torviscos crecen entre chupones de encinas y enebros. Entiendo las razones para el desmonte, pero me da pena trotar ahora por esa zona.

Porque además, estas últimas lluvias que ha habido antes de que venga el frío han hecho que el campo se recupere y vuelva a estar todo verde. En esta época es cuando los árboles terminan de formar los anillos más oscuros de su madera (que con los más claros de la primavera conforman un ciclo anual).

La humedad no sólo ha favorecido a las plantas, también los hongos están aprovechando la bonanza. Una de las especies más llamativas es un tipo de Tremella (creo que la mesenterica), una seta amarilla con aspecto de esponja o de gelatina, que parasita a otros hongos y prolifera en la madera muerta.





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