martes, 15 de diciembre de 2020

Vuelta a Hoyo


Todos los planes que nuestra cabeza prepara cuando vamos a salir a correr, por ejemplo el recorrido que vamos a seguir o la velocidad a la que vamos a movernos, luego tienen que contar con el visto bueno de nuestras piernas y pulmones. A veces están de acuerdo. Pero en otras ocasiones nos obligan a cambiar sobre la marcha, con el inapelable argumento de la realidad.

Yo contaba con subir hasta la sierra de Hoyo, para poder ver en directo hasta donde llega la nieve en Cuerda Larga. Pero al poco rato de estar trotando ya notaba que la cosa no estaba para demasiadas aventuras. Una sensación general de cansancio me hacía correr al mejor estilo Chiquito de la Calzada, lo que me ha obligado a replantearme mi recorrido. Así que, al final, he optado por una sencilla vuelta al pueblo.

Al menos he aprovechado para correr por algunos atajos y senderillos paralelos por los que no había pasado nunca. Lo que me ha servido para descubrir entre otras cosas un par de alcornoques enormes y muchos enebros con las flores cargadas de polen, además de evitar a varios grupos de ciclistas y paseantes.

La gente con la que me he cruzado lo cierto es que me miraban raro. El caso es que he salido a correr en camiseta de manga corta porque el solete calentaba lo suficiente. Pero con el frío que ha hecho esta semana y el viento que soplaba del norte los paseantes andaban embutidos en abrigos, gorros y bufandas. Así que debían de pensar que era el chiflado del pueblo.

1h 52 min





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