viernes, 14 de octubre de 2016

Llegó la lluvia

Y el campo ha recibido el agua con la alegría de un sediento. Porque aunque tampoco es que haya llovido mucho, por lo menos ha caído mansamente. Mojándolo todo. Y dejando el aire cargado de olores ya casi olvidados.

viernes, 7 de octubre de 2016

A-Hunting We Will Go

Esta ha sido la última semana de jolgorio para muchos animales antes de que mañana se abra la veda de caza. Y como todavía no sabían lo que se les venía encima, no es de extrañar que estos días me haya ido topando con varios jabalíes, un par de ciervas, algunos conejos y bastantes perdices.

domingo, 2 de octubre de 2016

La estación de la marmota

A pesar del sol que luce cada día, el verano ya ha acabado. Se han terminado el calor achicarrante y la sensación de estar en un horno al salir a la calle. Un placer haberle dicho adiós al infierno. Pero lo malo es que, aunque ya no tengamos verano, todavía no ha llegado el otoño. Así que estamos en una especie de limbo climático en el que pasan los días como si fueran el de la marmota.

viernes, 23 de septiembre de 2016

Cuando no vemos lo que falta

No siempre es fácil fijarse en los que nos rodea. Sobre todo en el campo. Si vamos un poco despistados, nos podemos perder muchos detalles a los que no están acostumbrados nuestros ojos urbanos. Pero lo realmente difícil es percibir lo que ha desaparecido.

sábado, 17 de septiembre de 2016

Tempora mutantur...

...et nos mutamur in illis. Nunca mejor dicho. Porque llevo ya muchos años siguiendo siempre unas normas no escritas (o un poco sí) en esto de correr. Haciendo siempre salidas de dos o tres horas. No corriendo nunca dos días seguidos. Cambiando cada vez de recorrido para burlar el aburrimiento...

miércoles, 31 de agosto de 2016

Corona del río Moros

Sólo hay un punto en la carretera entre Torrelodones y Hoyo de Manzanares desde el que se puede ver la sierra de Guadarrama. Y lo que se ve son las tres cumbres que forman la cabecera del río Moros, en Segovia.

lunes, 22 de agosto de 2016

De Santander a la virgen del Mar

El recorrido costero desde Santander hasta la desembocadura del Pas es un lugar perfecto para correr. Por el camino se pasa por acantilados, faros, pequeñas calas, algunas playas, muchos prados y rocas. Además, el sendero está perfectamente trazado y en alguna de las playas hay fuentes (y duchas) para refrescarse.

jueves, 18 de agosto de 2016

De Galizano a Ajo

De la costa que se extiende al este de Santader todavía me quedaba este tramo por conocer al trote. Al menos hasta Santoña. Porque desde allí hacia el País Vasco es todo terra incognita. Así que he aprovechado una excursión familiar para sacarme la espina.

sábado, 13 de agosto de 2016

Pozos de Noja

La subida hasta los pozos de Noja siempre se me hace más larga y dura de lo previsto. Puede ser porque como se ve casi todo el recorrido desde el principio, parece engañosamente fácil. Pero no. Así que los planes de subir ya de paso hasta la peña Pelada terminan todas las veces en el cajón de los deseos.

lunes, 1 de agosto de 2016

Castros del monte Santa Tecla

Con la intención de proteger el patrimonio cultural español, en 1931 casi 800 edificios, yacimientos y cuevas fueron declarados monumentos histórico-artísticos. En ese listado se incluía el castro del monte Santa Tecla.

domingo, 31 de julio de 2016

Senderos del Tecla

El Tecla es un pequeño monte que se alza entre el mar y la tierra. Con el Miño lamiendo sus faldas y con miradores desde los que se pueden admirar los paisajes de España y Portugal. Y además lo mejor es que hay una gran cantidad de senderillos para recorrerlo por todas partes.

viernes, 29 de julio de 2016

Monte Santa Tecla

Cuando se busca un recorrido para correr por la desembocadura del Miño, lo que nos pide el cuerpo siempre es subir al Tecla. Un monte precioso y cuajado de senderos por los que perderse. Cuesta arriba y cuesta abajo.

miércoles, 27 de julio de 2016

Rubalcaba, Liérganes y La Cavada

Un recorrido mañanero de esos muy conocidos, perfecto para volver a encontrarme con el Norte. Por aquello de correr sin sentir la sensación de estar en un horno. Y vaya si se agradece.