Roya de los enebros

Hace unos días, mientras paseaba por el campo después de una mañana de tormentas me fijé en que los enebros tenían una especie de pequeños racimos de color amarillo naranja en sus ramas. No los había visto nunca antes, pero de pronto todos ellos estaban adornados con varios de estos ramilletes de algo que parecía ser un hongo.

Pocos trotes

El cansancio y la lluvia han hecho que esta semana haya estado saliendo a correr menos de lo habitual. Afortunadamente el cambio de tiempo ha traído de nuevo cielos melodramáticos. Nada como dejar que las nubes hagan su magia y jueguen con el sol, sobre todo al amanecer.

De Hoyo a Torrelodones

Una salida marcada por la logística familiar. A veces, para recoger un coche que hemos dejado en Torrelodones o Las Matas, aprovecho para bajar corriendo la falla de Torrelodones y subirla luego conduciendo.

El agua de la primavera

Entre marzo y abril decían los refranes que la lluvia era siempre la protagonista. Pero después de tantos años de primaveras medio secas, lo cierto es que se hace un poco extraño ver las charcas bien llenas a estas alturas del año.

El primer cuco de la primavera

Una mañana de primavera, exactamente a las ocho, llegaba el primer cuco a Hoyo. Cantó siete veces, claro que con la voz un poco ronca porque la primavera aún acababa de empezar. Luego se marchó en seguida, volando rumbo al Este.

Un mundo lleno de belleza

Me repito, se que me repito. Y mucho. Pero realmente cuando llega la primavera nunca me canso de decir que hay que salir a vivir en directo cómo renace el campo. Cómo se llena de vida, cómo hasta la luz baila de alegría. No es momento de vaguear.

Vuelta a las Colinas

Esta ha sido una de esas salidas que se alargan por las ganas que seguir corriendo. En principio pensaba que iba a ser una vueltecita breve, pero al ponerme a trotar las piernas han ido mejor de lo esperado. Y el tiempo apretaba pero sin ahogar, ya que a pesar de la niebla no hacía nada de frío.

Primavera a l'ancienne

Este año tampoco ha habido invierno pero por lo menos estamos disfrutando de un comienzo de primavera a la antigua usanza, con días despejados y suelos helados, con sol a veces, nieblas, nubes, con viento, con lluvias... Un tiempo bipolar e impredecible, imposible de saber con qué te vas a encontrar cuando te despiertas.

Vuelta breve a Hoyo

El viento frío y el cansancio que arrastro desde hace semanas me han hecho recortar las esquinas en un recorrido que he realizado muchas veces, y cuyo trazado está sancionado por la oficialidad desde que se creó una ruta pedestre para conocer el municipio.

Todo lo que sube, baja

Y afortunadamente, según la sabiduría popular, todo lo que baja, sube. Así que en esas estoy, recuperando la forma poco a poco, y alargando cada día mis recorridos.

Tiempo de cambios

Cielos despejados, nubes ardiendo al amanecer, niebla y algo de lluvia. Afortunadamente cada nuevo día me está regalando un paisaje diferente, porque lo cierto es que no termino de encontrar el punto de forma después del trancazo que pasé hace un par de semanas.

Renqueando al amanecer

Por fin he podido volver a correr, después de estar diez días parado por un virus. Uno de esos bichos tontorrones que no son graves, pero que te dejan un poco hecho polvo. Aunque la vuelta al trote no ha sido precisamente alegre y saltarina.

Los días crecen

Primero se fueron alargando discretamente las tardes, pero ya, por fin, estoy notando que vuelve a amanecer cada día más temprano. Los días crecen, y con ellos la sensación de que la rueda sigue girando.