En el libro The
Thousand Mile Summer, Colin Fletcher describía el desierto de Sonora como una
alfombra de flores, cuando lo cruzó andando en la primavera de 1958. Meses
después, un guarda forestal le dijo que ese año había sido escepcionalmente
benigno, pero que no era lo normal. El desierte suele hacer honor a su nombre.
Y esta primavera que
estamos teniendo tampoco es normal. No recuerdo el campo tan lleno de flores
desde que era pequeño. Cada mucho tiempo, se juntan un invierno con la lluvia justa y una
primavera suave con la temperatura adecuada (y alguna tormenta de vez en cuando). El resultado llena los sentidos.
Así que deja todo lo
que estés haciendo y sal este fin de semana a pasear por el monte. Pasarán
muchos años antes de que volvamos a
verlo así.
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