Como este viernes tenía más tiempo, pude volver a recorrer el canal de Guadarrama por el senderillo que sigue su recorrido justo por encima. Algo que no he podido hacer en las últimas ocasiones, en las que apenas contaba con una hora y cuarto para recoger a los enanos.
Aunque salí con luz de sobra, sabía que el sol ya no me iba a acompañar todo el camino, así que cogí el frontal (y esta vez con las pilas cargadas). Tan sólo lo usé el último cuarto de hora, pero es obligatorio llevarlo si se corre por el monte. Por mucho que se conozca el camino, lo más fácil es romperse una pierna con las piedras, raices y agujeros del camino.
Lo mejor fue que, antes de que se hiciera de noche, me crucé con una jabalina con dos jabatos de este año. A ver si pasan un otoño tranquilo y logran esquivar a los cazadores. Y últimamente me estoy cruzando con bastantes perdices, a las que también les esperan unos meses difíciles.
Lo bueno de este recorrido, además de ver bastantes bichos, es que cambia mucho dependiendo del sentido de la marcha. Si voy primero hasta la presa del Gasco, la suave bajada me permite ir rapidito. Aunque me espera luego una subida dura. Si lo hago a la inversa puedo coger ritmo al final subiendo el camino del Pardillo. Y en medio, siempre disfruto del sendero llano del canal, que recorre un bosque de encinas bastante silvestre para lo que es esta zona.
14,08 km (8,75 millas)
410 m
1h 28 min (9,82 Km/h)
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