Las rutinas vuelven después del parón navideño. Y entre ellas está la de aprovechar alguna tarde para correr por Torrelodones, mientras espero a que mis hijos salgan del colegio. Lo bueno es que es una hora perfecta para disfrutar del campo con la luz vespertina. Lo malo es que las pocas opciones en esta zona las tengo muy vistas.
Realmente tan sólo se pueden hacer dos cosas: bajar a la presa del Gasco por el camino del Pardillo o subir hacia Hoyo rodeando más o menos el canto del Pico. Y esta vez he optado por la presa. Probando al final un par de senderos nuevos en la zona de Molino de la Hoz.
Durante la bajada, las vistas hacia Madrid me han hecho comprobar que el otro día estaba equivocado cuando pensaba que no había demasiada contaminación. La capa de polución se veía perfectamente, como una nube negra sobre los edificios. Aunque algunos sigan mirando para otro lado (o directamente haciendo trampas), en algún momento habrá que empezar a tomar medidas si no queremos terminar respirando veneno como en Pekín o México.
Por lo menos por aquí no parece haber demasiado problema. Sobre todo cuando el camino se aleja de la carretera de La Coruña. En la zona del Gasco lo único que se veía flotar en el aire eran nubecillas de pequeños insectos voladores, que deben estar un poco despistados con el calor que hace y han confundido las estaciones.
16,30 km (10,13 millas)
549 m
1h 46 min (9,23 Km/h)
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