Un recorrido un poco más largo para aprovechar una mañana de sol y viento fuerte. Y el caso es que a pesar de que soplaba del noroeste, el viento ha traído una temperatura más templada de lo normal. Aunque ya están anunciando un febrero duro, con frío, nieve y lluvia.
Lo bueno de correr con viento es que me sirve para exorcizar un poco mis demonios personales. Nunca me ha gustado estar al aire libre cuando soplan ráfagas fuertes. Y entiendo perfectamente como en lugares donde el viento con mayúsculas es constante la gente se vuelva loca (aventados los llaman algunos).
Pero el caso es que corriendo la cosa se soporta mejor. Aunque sople de frente, nos cueste avanzar y nos llegue a mover las piernas cuando damos zancadas. En este caso, a la ida la cosa fue más facilita, ya que me empujaba por la espalda. Pero la vuelta fue cuesta arriba en todos los sentidos. Menos mal que las vistas merecían la pena, con un arco iris enmarcando durante casi toda la mañana la sierra de Hoyo.
18,31 km (11,38 millas)
385 m
1h 59 min (9,23 Km/h)
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