Tenía ganas de volver a la Fuenfría. En este valle me queda un recorrido pendiente por los picos de Montón de Trigo y la Mujer Muerta. Pero esta vez me apetecía algo más tranquilo y más corto. Que para lo otro necesitaré toda la mañana. Y hoy tenía el tiempo justo.
Hace un par de meses quise hacer este recorrido, pero la pista que discurre por la parte alta del valle estaba todavía cubierta de nieve. Así que, después de un par de kilómetros hundiéndome a cada paso tuve que abandonar y volver a bajar por en medio del bosque.
A pesar del sol, la mañana estaba fresca. Y el viento soplaba muy fuerte, sobre todo en la cresta que sube hasta el collado del Rey. Como tengo las zarpas delicadas, se me han quedado las manos heladas en esta parte. Menos mal que luego la pista discurre protegida entre los pinos.
El campo en la zona alta estaba cubierto de manchas amarillas por las genistas en flor. Y abajo unas linarias (creo que de la especie elegans) asomaban entre la hierba y al borde de los caminos como manchas moradas de un cuadro impresionista.
Realmente ha sido un día perfecto. Con poca gente a pesar de ser fiesta en Madrid (y de que la Fuenfría nunca está vacía). Con un día soleado, pero sin calor. Y con un perfume en el aire en el que se mezclaba el olor de la resina con el aroma dulzón de las genistas.
21,02 km (13,06 millas)
939 m
2h 25 min (8,70 Km/h)
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