Por fin han llegado las anunciadas lluvias, con gota fría incluida en el paquete. Pero ayer la cosa todavía estaba tranquila, aunque los cielos estuvieran ya cubiertos de nubes amenazadoras. Por eso, una vez más, había que aprovechar para correr en seco. Que parece que vamos a estar pingando durante varios días.
Por cambiar un poco de escenario me fui hacia los Peñascales para ver cómo estaban los arroyos. Y el caso es que siguen prácticamente sin agua. El verano ha sido realmente seco y lo poco que ha caído no ha llegado a empapar del todo el campo. Así que todavía tendrá que llover bastante antes de que vuelvan a bajar cantarines. Todo llegará.
Por lo demás, el recorrido no deparó ninguna sorpresa. Con pocos bichos para la hora que era, ya que suele gustarles mucho el anochecer. Pero con los cielos tan espectaculares por el juego de luces que había que tener cuidado para no meter la pata en un hoyo por estar demasiado tiempo mirando hacia arriba.
1h 43 min
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