lunes, 14 de enero de 2013

Por un puñado de dólares


Es tan sólo una curiosidad. Pero el caso es que todas las semanas mis carreras y paseos nocturno-caninos me llevan al escenario en el que Clint Eastwood lucía su poncho por primera vez a las órdenes de Sergio Leone.


Y cuando corro por lo que fue la calle del duelo, siempre me acuerdo de la película. Aunque ahora tan sólo queden un par de abrevaderos como recuerdo de los decorados.

domingo, 13 de enero de 2013

Vuelta corta

Quería probar con una carrera corta y suave para ver que tal iba la pierna, y el resultado ha sido perfecto.

Hace mucho que no corría tan poco, por lo que he esperado a la primera luz para no llevar frontal. Ha sido una verdadera carrera al alba. Y cuando el amanecer ha teñido de rojo Abantos y aledaños, el espectáculo ha sido alucinante.

Las cumbres de la sierra de Hoyo estaban ligeramente cubiertas de nieve, y aunque no hacía demasiado frio según el termómetro, el vientecillo me ha dejado las orejas heladas.

En resumen
  • A veces cuesta abandonar la cama, pero sigo creyendo que correr con la primera luz te hace empezar el día con la mejor de las sensaciones.
  • La pierna ha aguantado muy bien. He controlado todo el rato la zancada y la postura del cuerpo. Parece que funciona.
  • Con viento en invierno hace falta salir siempre con gorro o buff. Que no se me olvide la próxima vez.

7,84 Km (4,87 millas)
169 m
48 min (9,80 km/h)

viernes, 11 de enero de 2013

Libro: Alan Sillitoe - The Loneliness of the Long-Distance Runner


Aunque realmente no es un libro sobre correr y está más cerca del espíritu de El guardian entre el centeno, algunas de las reflexiones que hace Alan Sillitoe a lo largo de esta corta historia (y sobre todo su título) la han convertido en una referencia clásica.

Un relato que refleja la rabia, la frustración, la ingenuidad, el sentido de la honestidad del protagonista… y su desapasionada pero vital forma de correr. Su percepción rebelde de la línea de meta queda patente en una de sus reflexiones finales: 

“As for me, the only time I'll hit that clothes-line will be when I'm dead and a comfortable coffin's been got ready on the other side. Until then I'm a long-distance runner, crossing country all on my own no matter how bad it feels.”


Argumento
Un chico es enviado a un reformatorio por haber robado en una panadería. Allí le hacen entrenarse como corredor de fondo para que gane el premio de una competición. Pero él tiene otras ideas en su cabeza.

jueves, 10 de enero de 2013

Bichos


Me gusta el campo desde que era pequeño. Cuando era un crío, me perdía los fines de semana por el bosque con unos prismáticos y un bocadillo para ver pájaros. Me subía a los riscos para ver los nidos de buitre. Y en los pinares, siempre buscaba a los azores entres las copas de los árboles.

Así que ahora, cuando corro, también disfruto cuando se me cruza algún ejemplar de la fauna local. Y el caso es que se ven bastantes bichos. En muchos ocasiones porque, al ir corriendo, aparecemos a veces de pronto en medio de una escena animal que nos perderíamos si fuéramos más lentos.

En los últimos años corriendo por la sierra de Madrid, estos son los animales silvestres con los que me he cruzado:


Ciervo y gamo: aunque no se puede decir que sean muy silvestres los que pacen en el Soto de Viñuelas. Realmente son vacas flaquitas criadas para que los cazadores se sientan muy machotes.

Corzo: estos sí que son de campo. Son muy tímidos y resulta raro encontrarse con ellos en la soledad de los bosques de pinos o robles.


Jabalí: también gloria de los cazadores. Aunque cuando te los cruzas de noche acojonan.

Cabra montes: un poco parecido a lo de los ciervos. Hace años las reintrodujeron en la sierra, y ahora pacen en los roquedales de alta montaña con muy poco espíritu salvaje. 

Zorro: muy raro de ver, pero al ir rápido les he sorprendido a veces lo justo para verlos desaparecer entre los arbustos.


Conejo: más conocidos como la plaga. En algunos sitios casi ni se apartan del camino cuando corres.

Liebre: son más esquivas que los conejos. De hecho solo las he visto al levantarlas sin querer cuando estaban encamadas.

Ardilla: a veces se las ve jugando por los troncos en los pinares tranquilos.

De los reptiles, lo único reseñable fue una serpiente de escalera que repto a mi vera mientras corría al lado de una valla. La pobre lo pasó mal hasta que encontró un huequecillo entre las piedras para esconderse. El resto han sido lagartijas varias y lagartos ocelados (algunos de un tamaño respetable).

En cuanto a las aves, el abanico es mayor: perdices, milanos negros y reales, buitres negros y leonados, cigüeñas, garzas, garcillas, grajillas, urracas, rabilargos, cogujadas, pinzones, zorzales, mirlos, estorninos… Y avestruces (en una finca de Villalba).

miércoles, 9 de enero de 2013

Enjoy the Weather


Puede que por encima de las nubes brille el sol, pero estos días nos estamos hartando de niebla y frío. Y eso que el invierno todavía no ha llegado del todo.

Pero hay que saber disfrutar de lo que nos toque en cada momento. Si hace sol, a ponernos morenos. Si hace frío, a correr más rápido para entrar en calor. Y si llueve y está todo lleno de charcos y barro… bueno, hasta al agua le podemos sacar partido.


martes, 8 de enero de 2013

Material World


La mayor parte de la gente que hace deporte suele gastar mucho tiempo y dinero en comprar material para practicarlo. En principio, podría parecer que los que corremos estamos libres de ese pecado. Al fin y al cabo, correr no es más que andar rápido (o caerse de forma controlada). Y eso lo podemos hacer hasta desnudos.

Pero no. También los corredores suelen pasar horas calibrando zapatillas o discutiendo sobre las bondades de camisetas, mallas o camelbags. Aunque a mí, la verdad, es que todo eso me aburre infinitamente.

Desde que era muy pequeño me ha gustado el deporte, y a lo largo de mi vida he hecho de todo. Mal, pero de todo. Escalada, bici, atletismo, baloncesto, tenis, padel, golf, natación… Hasta llegué a jugar un partido de fútbol un día con mis amigos.

Pero siempre he sido consciente de que el material no hace milagros (con tal de que se utilice algo medianamente digno). Una raqueta de grafito laminado con fibras de kevlar, cordaje de crin de unicornio y empuñadura de composite nunca ha mejorado mis golpes de forma perceptible.

Hay gente que afirma que sí que se nota cuando utilizas materiales de última tecnología. Normal. Después de gastarse un riñón en algo, la psicología más pedestre ya nos dice que le vamos a dar a ese algo todo el valor del mundo. Pero en mi experiencia más objetiva, lo cierto es que no he notada nunca nada.

Y una de las razones puede que sea que, para notar el cambio, haya que ser mejor atleta. Recuerdo el caso de un diseñador de ropa deportiva, al que Killian Jornet le había pedido que redujera unos gramos un chubasquero ultraligero. Él ya ha llegado a su límite físico. A partir de ahí, cualquier gramo ayuda.

Pero en mi caso (y somos legión), los gramos los llevamos dentro. Y los kilos también. Si pensamos que con el último modelo de zapatillas o con unos pantalones de moda vamos a correr mejor, lo llevamos claro. De hecho, si de verdad queremos correr más rápido, la mayoría de nosotros lo que tendríamos que hacer es adelgazar cinco kilos. Y si quisiéramos correr mucho más rápido, diez. Así sí que batiríamos nuestras marcas… aunque fuéramos en chanclas.

domingo, 6 de enero de 2013

Los Reyes

Será por republicano, o porque me he portado mal. Pero lo cierto es que los Reyes me han traido una recaida del tendón isquiotibial. Y unas zapatillas nuevas, para más coña.

Así que empiezo el año nuevo como terminé el pasado. Aunque al menos ya sé lo que me espera: un mes de reposo y mucho cuidadín al volver a trotar. Ahora ya sólo falta que el cuerpo aguante los 30 días sin salir al campo y no quiera estrenar las zapas cuanto antes.

Ah, y para colmo tengo una tendinitis en el hombro izquierdo (parece como si a los cuarenta caducara la garantía de nuestro cuerpo).

viernes, 4 de enero de 2013

Presa del Gasco

Como a veces es dificil encontrar un rato para correr, hay que aprovechar los tiempos perdidos como sea. Asi que hoy, mientras mi hija entrenaba, me he acercado a la presa del Gasco. Un recorrido bonito, sobre todo en los alrededores de la presa, y con no mucho desnivel.

A pesar de que no era demasiado temprano, todavía se notaba mucha diferencia de temperatura entre las solanas y zonas de umbría. De hecho, en la vega que hay por debajo de la presa, la hierba estaba helada en las zonas donde el sol llega poco estos días.

En la bajada he notado un pequeño aviso del tendón isquiotibial, y me he dado cuenta de que había vuelto a mis malos hábitos y estaba corriendo con zancadas relaitvamente largas. He corregido el ritmo y he mantenido la pierna bajo control el resto del camino. A ver si no me pasa factura más tarde.

En resumen:
  • Lo más obvio: se corre mejor de día que de noche (a pesar de que el sol cegaba en algunos momentos).
  • No hay que bajar nunca la guardia. Tengo que ir controlando la forma, la postura y el ritmo constantemente.
  • A este paso, me conformo con seguir corriendo despacito como ahora hasta que llegue la primavera.

12,94 Km (8,04 millas)
283 m
1h 29 min (8,72 km/h)

jueves, 3 de enero de 2013

Vuelta a las Colinas

Ha llegado un año nuevo, pero el invierno sigue todavía sin hacer acto de presencia. Noche fría aunque sin pasarse. Sin viento, con el cielo despejado y con Orion subiendo por el cielo (la luna me espera estos días al alba).
Una carrera nocturna que me recuerda a cada paso los excesos de estas fiestas. Entre polvorones y comilonas, las piernas van justitas. Pero merece la pena. Y nos queda todo el año por delante para disfrutar corriendo.
11,39 (7,08 millas)
231 m
1h 8 min (10,05 Km/h)

martes, 1 de enero de 2013

Mochila


Cosas que llevo en la mochila siempre que se salgo más de dos horas por el monte:

Siempre:
  • Comida y agua: más o menos cantidad dependiendo del tiempo que vaya a estar corriendo y de si hay fuentes por el camino. Pero siempre hay que llevar agua, al menos, una botella pequeña.
  • Manta térmica y silbato: no los he tenido que usar nunca. Mejor así.
  • Venda, tiritas y pañuelos de papel: estos sí que los he usado. No pesan casi nada, pero suelen hacer falta para arañazos y caídas.
  • Móvil y dinero: lo del móvil es de cajón. Lo del dinero debería serlo también para pagar comida o transporte en una necesidad.


Dependiendo del tiempo:
  • Chubasquero: mejor que cortavientos. Uno cumple el papel del otro. Pero no al revés.
  • Guantes y buff: en invierno suelo llevar los guantes siempre puestos. El buff suele ir en la mochila.
  • Gorra y gafas: en verano siempre debe ir la gorra puesta o en la mochila. Si hace falta y no se lleva, en caso de necesidad es mejor protegerse la cabeza con la camiseta. Las gafas a veces vienen bien, pero no son tan necesarias como la gorra.
  • Toalla: a mí me viene muy bien, sobre todo en verano. Llevo una de tamaño pañuelo que uso para secarme la cara.
  • Barra protectora labios: lo suyo es llevar el protector ya puesto al salir cuando realmente hace falta (mucho calor o frío, con ambiente seco).
  • Ropa de recambio: puede hacer falta, dependiendo del tiempo que se esté corriendo, de las condiciones meteorológicas y de dónde vayamos a terminar (a veces viene bien estar un poco decente en público)



lunes, 31 de diciembre de 2012

Najarra y Hueco de San Blas


La última salida del año ha sido por el que quizás sea mi recorrido favorito. Ida y vuelta por los bosques de La Najarra y del Hueco de San Blas. Subiendo y bajando por senderos y caminos entre pinos y robles. Además, el día acompañaba. Sol y fresquito sin viento. Un placer.

Nada más salir, en medio del robledal, dos corzos han venido corriendo entre los árboles desnudos hacía donde yo estaba. Cuando me han visto han girado y me han acompañado durante un rato mientras subía. Aunque el alba ya quedaba lejos, todavía era temprano. El bosque estaba en calma y el suelo todavía cubierto con la escarcha de la noche.

Con estas temperaturas y carreras cortas, estos días no estoy llevando ni líquido ni comida. Hoy tan sólo he cogido una botella pequeña y un par de barritas de chocolate (aunque al final, tan sólo he comido una). Además, por el camino iba cruzando un arroyo tras otro, por lo que en caso de necesidad siempre hubiera podido beber agua fresquita.

Han arreglado la pista de la zona quemada, por lo que ha perdido ese aire de camino abandonado que tenía. Pero creo que por poco tiempo, porque  el resto de las pistas que compactaron hace un par de años ya están empezando a asilvestrarse. Mejor así. Al menos para la vista.

A la vuelta, cuando bajaba por los bosques del Hueco, el calorcillo ya se dejaba notar. El olor de los pinos y de la tierra húmeda me ha acompañado durante el resto del recorrido. Y al final, un trago de agua helada en la fuente del Cura. Helada de verdad. Hacía daño y todo.

Una excelente forma de despedir el año.

  • Un día y un lugar magníficos
  • A pesar de que tenía la sensación de que iba muy, muy lento, al final el tiempo ha sido aceptable.
  • Sigo corriendo con mayor cadencia y pasos más cortos. Me parece que así controlo mejor las sensaciones del cuerpo y fuerzo menos la máquina.

24,16 Km (15,01 millas)
835 m
2h 34 min (9,41 Km/h)

viernes, 28 de diciembre de 2012

Libro: John L. Parker - And Then the Vulture Eats You


Varias historias de gente loca a la que le gusta mucho correr. Pruebas de larga distancia por lugares remotos y salvajes. Competiciones que combinan carreras de 100 metros y maratones. Carreras en las que los participantes dan vueltas y vueltas a un estadio durante seis días seguidos. O gente que cruza un Estado de parte a parte corriendo (o arrastrándose penosamente).

Un libro curioso y breve que se lee más rápido de lo que dura cualquier prueba de las que describe.


Argumento
Historias reales de ultramaratones y de los que las corren. Eso es lo que reza el subtítulo del libro. Y eso es lo que ofrece John L. Parker en estas siete narraciones.