En un extremo de la galaxia, hay algunos países y culturas en las que
el juego activo y el ejercicio físico forman parte esencial de la educación. En
el otro extremo, hay amplias zonas del planeta en las que los niños (y sobre
todo las niñas) no pueden jugar porque les han robado sus vidas la pobreza o la
religión.
¿Y en España? Aquí hay fútbol. Ni juego, ni deporte. Sólo fútbol. Antes
por lo menos teníamos futbolines. Hoy ya ni eso.