Libro: A Few Degrees from Hell (Scott Ludwig)

Dicen sus organizadores que la Badwater Ultramarathon es la carrera más dura del mundo. Y aunque eso es bastante discutible, desde luego no es ningún paseo: la carrera sale desde el punto más bajo de Estados Unidos y sube unos 4.000 metros a lo largo de sus 217 kilómetros de recorrido. Pero eso no es lo peor. Lo que la convierte en un verdadero infierno es que se cruza el desierto del Valle de la Muerte en julio, donde las temperaturas suelen estar entre los 40 y los 49º. A la sombra.

Vuelta a Hoyo

Para un día en que baja la temperatura había que aprovecharlo. Así que he salido pronto (que ya no dura tanto la luz) y he dado una vez más la vuelta al pueblo. Disfrutando del anochecer mientras una luz anaranjada se escurría por las faldas de la sierra de Hoyo.

Río Moros

Con este tiempo, sólo se puede correr largo y tendido por la sierra. A ser posible en medio de un bosque, a la sombra de los árboles. Así que nada mejor que aprovechar la mañana del domingo para hacer un recorrido por el valle del río Moros.

Hoyo, Torrelodones y Las Matas

Un recorrido cómodo sobre el mapa, ya que tira para abajo o se mantiene llano la mayor parte del tiempo. Sin embargo esta vez se me ha hecho bola. Y es que el calor de estos días no me está dejando correr a gusto. En cuanto la temperatura sube de los treinta, me falta el aire y noto como el cuerpo se me reseca por dentro.

Vuelta a las Colinas

Sólo ha pasado un mes desde el solsticio, pero ya se nota que el sol se recoge antes. Por ahora son diez minutillos de nada. Un pequeño anuncio de que el año ha empezado de nuevo a menguar. Y a mi me ha pillado desprevenido.

Puentes del Manzanares

El otro día me quejaba del calor y de lo que me afecta cuando corro, y parece que los dioses han escuchado mis lamentos. Bueno, los míos y los de unos cuantos millones que hemos estado sudando la gota gorda la pasada semana.

Vuelta a Hoyo

Días de calor y noches en las que no refresca. Ha tardado de verdad, pero ya está aquí el verano castellano en todo su explendor. Y ya no me acordaba de lo duro que se me hace correr en estas condiciones.

Telégrafo

Tenía ganas de volver a subir al Telégrafo, porque llevaba ya meses sin acercarme por allí. El camino es un poco aburrido, y el cruce de Moralzarzal bastante feo. Pero echaba de menos los pinares y las vistas que hay desde lo más alto. Una pena que esté tan lejos. Y una pena también que el verano decidiera llegar de verdad justo ayer.

Vuelta a Hoyo

Normalmente, después de estar tres o cuatro días sin correr, suelo ir más rápido. No sé si porque los músculos descansan, porque las articulaciones se recuperan o porque lo cojo con más ganas. Pero lo cierto es que ayer salí con cuerpo de perro.

I Would Run to You, Lazzy Boy

Buscan seducir al público femenino para que compren sus productos. Y no hay nada malo en eso. Sobre todo si lo hacen rompiendo ideas preconcebidas y estúpidas (como la mayor parte de los tópicos) que nos hablan del sexo débil.

Sierra de Hoyo

Con lo poco que me gusta el calor tórrido que nos gastamos en Castilla en verano, y lo mucho que afecta a esto de correr por el campo, el caso es que estoy disfrutando de lo que llevamos de estación.

Arroyo de Peregrinos

Decía el coronel Kilgore que amaba el olor del napalm por la mañana. Yo, la verdad, prefiero el del campo después de la lluvia. Y con las tormentas de ayer, lo cierto es que olía como nunca. Sobre todo al pasar cerca de las matas de siemprevivas.

Vuelta a las Colinas

Esta noche han vuelto las tormentas, pero cuando hice este recorrido hace un par de días todavía estábamos de secano. Llevaba un tiempo sin llover, aunque por lo menos las nubes habían estado tapando un poco el Sol los últimos días, sobre todo por las tardes. Así que estamos teniendo un principio de verano bastante llevadero. Y además las nubes vespertinas han convertido el cielo en un verdadero espectáculo de luz (y, a veces, de sonido).