Las diez primeras zancadas que damos cuando nos ponemos a correr nos dicen cómo van a ir el resto. Y hoy, en cuanto he comenzado a trotar por las laderas del monte Abantos, ya he sabido que la cosa iba a ser lenta. Una vez más.
martes, 15 de marzo de 2016
lunes, 14 de marzo de 2016
Sierra de Hoyo
Para mí lo malo no es salir a correr después de comer (aunque sea algo frugal). Lo malo de verdad es no hacerlo inmediatamente. Ayer esperé un rato antes de ponerme en marcha y, para entonces, el cuerpo estaba ya ocupado haciendo la digestión. Así que me lo tuve que tomar con muuucha calma, por lo menos al principio.
sábado, 12 de marzo de 2016
Cañones del Manzanares
Hacía mucho tiempo que no bajaba hasta el Manzanares para correr por los senderos que siguen al río cuando se encajona al atravesar la falla de Torrelodones. Dejando el breve tramo de su cabecera, esta es la zona más bonita de un riachuelo que se hace tristemente famoso aguas abajo, cuando llega a la capital, por la polución de sus aguas.
martes, 8 de marzo de 2016
Presa del Gasco
Una salida al trote que ha durado lo que dura un examen. Aunque creo que ha sido mucho más placentera mi experiencia que la de los que estaban volcando sus conocimientos sobre química orgánica. Sobre todo porque correr con el sol tempranero siempre es un verdadero placer.
domingo, 6 de marzo de 2016
Torrelodones y vuelta a Hoyo
Hay días en los que parece que no se nos va a acabar nunca la cuerda, y otros en los que la gasolina nos llega justita para terminar de correr. Y hoy ha sido uno de esos días. Porque aunque he empezado con paso alegre y saltarín, al final he terminado realmente cansado.
jueves, 3 de marzo de 2016
Silla del Diablo
Hoy he vuelto a subir hasta la Silla del Diablo, para hacerle unas fotos al asiento de piedra que da nombre al cerro. Como el sendero que recorre la espina de la sierra de Hoyo bordea la cabeza del monte, sólo trepando los últimos metros se puede admirar esta extraña formación rocosa.
martes, 1 de marzo de 2016
La Jarosa
Viendo como estaba la sierra, hoy ya sabía que no iba a correr mucho. O por lo menos que no iba a ir rápido. Porque lo que de verdad apetecía era llegar a la zona de nieve (que estaba muy baja, por otra parte) y disfrutar como un niño.
domingo, 28 de febrero de 2016
Sierra de Hoyo
No hay mejor forma para cerrar un fin de semana frío y con nieve, que aprovechar la última luz de la tarde del domingo para salir a correr un rato. En este caso por la cresta de la sierra de Hoyo, con la idea ver cómo estaban después de las tormentas Cuerda Larga y el resto de cimas de Guadarrama.
viernes, 26 de febrero de 2016
Cerro de la Lechuza
Hoy lleva todo el día lloviendo fuerte. Y a la hora de comer, cuando he ido a recoger a mis hijos, he visto desde la carretera a dos tipos corriendo por el campo, mojándose de lo lindo. Con la ropa pegada al cuerpo y la cabeza inclinada para evitar el viento en la cara eran la viva imagen de la desolación. Pero no he podido evitar una punzada de envidia.
martes, 23 de febrero de 2016
Valle del Peregrinos y Cerrulén
Parece que el frío y el mal tiempo van a volver dentro de unos días, pero hoy todavía se podía salir a correr en pantalón corto. Así que había que aprovechar el momento y disfrutar del sol mañanero. Con el campo empezando a explotar como si fuera ya primavera.
domingo, 21 de febrero de 2016
Torrelodones, las cascadas y Hoyo
Una salida a medio día en la que no he contado con todo el calor del sol, ya que una capa de nubes medio brumosas velaba el cielo. El cielo estaba blanquecino en vez de azul, y la luz se quedaba a medio gas. Pero entre que era domingo y que tampoco hacía nada de frío, me he cruzado con una multitud de paseantes. Y, sobre todo, de ciclistas.
viernes, 19 de febrero de 2016
Silla del Diablo
Han sido bonito mientras ha durado. Apenas unos días de frío y nieve en la sierra, que nos han servido para recordar que el invierno, como Teruel, también existe. Bonito, pero breve. Y ahora a disfrutar de nuevo del buen tiempo, del sol y de unas tardes con flores, abejas y pajarillos cantando.
miércoles, 17 de febrero de 2016
La Jarosa y Cabeza Líjar
Hay estudios científicos que demuestran que nuestro humor mejora cuando paseamos por el campo. Parece que incluso con sólo pensar en un árbol ya mejora la cosa. Pero correr por montañas y bosques nevados, con un sol de invierno iluminándolo todo, es una experiencia que transfigura el alma de cualquiera. Y para saber eso no hace falta ningún estudio.
Suscribirse a:
Entradas
(
Atom
)