viernes, 19 de abril de 2013

Etiqueta


No me refiero a la que nos molesta por dentro de la camiseta y que parece que se clava como un cuchillo al cabo de una hora. Hablo de la otra. La que define nuestra educación. O el sentido común. Son normas no escritas que reflejan el respeto por los demás y por lo que nos rodea.



Basura
Lo lógico es que lo que va siempre tiene que volver (o ir al cubo de basura más cercano). Hasta las mondas del plátano. Por desgracia no es raro encontrarse por el campo restos “deportivos” de todo tipo. Últimamente proliferan los cadáveres de geles. Una pena.

Saludos
Aquí no entra sólo la educación más básica. Influye también lo alejados que estemos de la civilización. En una calle, la gente desconocida no se suele saludar. En un parque tampoco. En un sendero de montaña lo hace casi todo el mundo. A mí, a pesar de que soy bastante misántropo, me gusta que me devuelvan el saludo en medio del monte. Un simple gesto de la cabeza me vale.

Preferencia de paso.
En un sendero estrecho, primero pasan los que andan, luego los que corren y después bicis o motos. Si hay gente montada a caballo, lo mejor es dejar de correr (o alejarse considerablemente) para no asustar al animal y provocar una caída (o recibir una coz).

Cuando andamos por la montaña, los que suben tiene siempre preferencia sobre los que bajan. Pero al correr se invierte la norma. Parar en seco es mucho más difícil corriendo cuesta abajo que arrastrándote hacia las alturas.

Hay que dejar pasar siempre a los corredores más rápidos. Y reprimir esas ganas que nos entran a veces de ponerles la zancadilla.

Animales
Unas veces por su bien y otras por el nuestro, lo mejor es dar un gran rodeo cuando nos crucemos con animales domésticos. Un aviso: las vacas suelen defender a sus terneros, entre las ovejas hay carneros y los rebaños de cabras suelen estar guardados por mastines.

La fauna salvaje ya ha aprendido a huir en cuanto nos oye. Pero si por casualidad nos encontramos algún bicho de golpe a la vuelta de una curva, lo mejor es dejarle tranquilo. Otro aviso: a veces los jabalíes cargan (lo digo por experiencia propia).

Mejor no correr con perros sueltos por caminos transitados. Hay gente que les tiene miedo, aunque sólo “quieran jugar”.

Flora
Al correr no solemos pararnos a coger margaritas, pero tampoco es cuestión de pisotearlo todo cuando corremos campo a través. Ni de romper ramas o arbustos cuando pasamos. Que tampoco vamos tan rápido.

Cuerpo
Lo normal es que cuando corremos seamos un poco más cerdos de lo normal. Nuestro cuerpo genera sudor, mocos, saliva y aire. Es lo natural y no pasa nada. Pero tampoco es para regodearse. Y lo que haya que hacer, lo mejor es hacerlo al final de un grupo.

Otros corredores
Todos los que levantan a la vez los dos pies del suelo al desplazarse son corredores. Todos merecen nuestro respeto. Desde los que cuidan sus cuerpos fibrosos para bajar de media hora en los diez kilómetros hasta los que arrastran sus michelines los domingos durante un cuarto de hora (yo soy más de este último grupo). Por cierto, los que no corren tampoco son escoria (aunque nos den algo de pena).


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