Un recorrido largo por zonas poco transitadas. Caminos, cañadas y
callejas rodeados de campo y dehesas en las laderas del cerro de San Pedro.
A pesar de que los jaramagos empiezan ya a notar el calor y los días sin
lluvia, todavía pintan de amarillo los campos de Castilla. Al menos en las
faldas de San Pedro y alrededores.
La fauna ya no descansa. Hoy lo mejor han sido las cigüeñas en los
nidos de Navalvillar, los milanos reales volando en el cerro del Cancho, las abubillas
y los lagartos soleándose en las piedras durante todo el camino. Y todo
acompañado por el canto de los cucos. Una maravilla.
El recorrido es de los más bonitos de la zona, sobre todo en esta
época. Pero tiene el problema del agua. Hoy he salido con una botella, pero ha
estado muy justito.
Los últimos kilómetros he llegado ya apurando los últimos vapores de
gasolina que me quedaban. Poco a poco he ido acostumbrando al cuerpo para que
aguante cada vez más tiempo sin agua ni comida. Hace un par de años el límite
estaba en dos horas. Ahora aguanto tres. Pero por los pelos. Sobre todo si no
he comido bien antes de salir.
En resumen:
- He bajado la velocidad y he subido el ritmo. Voy más lento, pero disfruto más.
- La primavera y el otoño (en días frescos) son las estaciones más bonitas para correr. No descubro la pólvora, pero tenía que decirlo.
- La última semana he estado corriendo con una pequeña molestia en el gemelo derecho (una micro rotura de fibras). Me está sirviendo por lo menos para controlar la zancada.
27,07 Km (16,82 millas)
564 m
3h 02 min (8,92 Km/h)
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