Cada año empieza siempre dos veces, como mínimo. La primera vez la
dicta el calendario, y es el inicio más forzado. El frío de enero no provoca un
entusiasmo feroz por el nacimiento de una nueva época de nuestras vidas.
martes, 3 de septiembre de 2013
martes, 27 de agosto de 2013
Trengandín y Berria
Al final he podido volver a ponerme las zapatillas antes de lo que creía, así que he aprovechado una mañana de nubes y chubascos perdidos para correr por dos de las playas más bonitas que hay en Santander.
viernes, 16 de agosto de 2013
Última parada, Segovia
La forma que tenía hasta hace un mes ha ido desapareciendo
por falta de uso. Han sido semanas en las que, al no poder correr de forma
habitual, tan sólo he podido gastar los últimos cartuchos haciendo salidas largas por la
montaña. Pero todo se acaba.
lunes, 12 de agosto de 2013
Salida nula
No quería correr mucho, y vaya si lo he conseguido. Por un
lado, tenía ganas de hacer una última salida veraniega el jueves que viene. Así
que no quería forzar mucho. Y por otra parte, el fin de semana pasado noté que mi
pierna izquierda estaba un poco temperamental.
lunes, 5 de agosto de 2013
Río Moros y puerto de Pasapán
La última vez que vine al río Moros me había quedado con las
ganas de descubrir los caminos que recorren la ladera norte del valle (la que
queda al sur de la Mujer Muerta). En sus faldas hay dos pistas que serpentean, siguiendo
el contorno de las montañas a diferente altura. Y en lo más alto queda el
puerto de Pasapán.
lunes, 29 de julio de 2013
Vuelta a Lierganes
Como ya había anticipado, en esta nueva etapa de mi vida las carreras
van a convertirse en algo exótico. Llegará un momento en que se me agotarán
pronto las fuerzas y las piernas no me respondan. Pero como todavía guardo un
poco de forma, me puedo permitir alguna que otra salida dominguera.
martes, 23 de julio de 2013
Todo cambia, nada permanece
Una verdad de las del barquero, como bien sabía el sabio de Éfeso. Y en
uno de esos cambios que da la vida, mis carreras montaraces van a quedar
probablemente en el olvido. O, al menos, muy reducidas. Tanto en número como en
duración.
Han sido unos años en los que he podido disfrutar del campo en soledad,
con todo el tiempo del mundo a mi disposición (o casi). Pero ahora tendré que
volver a trotar a ratos perdidos, por caminos nuevos y mirando el reloj. Aunque
quizás me pueda resarcir los fines de semana, haciendo alguna salida más larga.
Y, por supuesto, al alba.
domingo, 21 de julio de 2013
Valsaín y Acebeda
Hace unos años ya había recorrido el valle de Valsaín en bici, en una
ruta circular parecida a esta. Pero ahora, corriendo, quería acercarme hasta
algunos valles que todavía no conocía. Por eso de ver algo de mundo.
viernes, 19 de julio de 2013
Cascadas y cuartel
Una vuelta más por el mismo recorrido. Aunque esta vez he cambiado un
poco, bajando por unos senderos que llevan a las cascadas por el fondo del
valle del Peregrinos. Sobre todo por evitar la pista más grande, que con el
arreglo de la excavadora ha quedado bastante fea.
lunes, 15 de julio de 2013
Río Moros
Al final, este fin de semana he podido recorrer el valle del río Moros.
Uno de los sitos más bonitos de la sierra de Guadarrama. Y uno de los más
aislados.
sábado, 13 de julio de 2013
Arroyo de Trofa
Una carrera tempranera, aprovechando otro rato perdido. Esta vez
siguiendo el arroyo de Trofa, que lo tengo más olvidado que el resto de
recorridos.
viernes, 12 de julio de 2013
Cascadas y cuartel
Aprovechando que la tarde se ha nublado y me he quedado sólo, me lanzó
a ver si recupero la forma. El problema es que, a pesar de que el sol está
medio tapado por las nubes, el calor no baja. Hay casi 30º, y aunque el
recorrido es sencillo, voy a sudar la gota gorda.
miércoles, 10 de julio de 2013
Una pausa
Entre unas cosas y otras, llevo ya más una semana sin correr. La
logística familiar me deja pocas opciones viables para salir al monte (porque a
mediodía, con 35º a la sombra, ya no se puede hacer nada).
Será cosa de aprovechar los fines de semana. O volver a sacar el
frontal para intentar pillar el fresquito nocturno. Mientras tanto, sólo queda
seguir disfrutando de eso que algunos llaman “entrenamiento pasivo”, con un botijo lleno de isotónica.
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