Lo malo de correr de noche no es la falta de luz (aunque el otro día la
luna todavía creaba sombras y se podía ir sin frontal). No, lo malo es salir
justo después de haber cenado como un gocho e ir con el estómago en plan
rebelde. Así que me lo tomé en plan tranquilo.
Quería correr una hora y cuarto, pero el recorrido de las cascadas
resultó un poquito más largo de lo previsto. Y no sólo por el ritmo flojillo
que llevaba. Voy a tener que reducir más la distancia y buscar alternativas,
para no hacer siempre lo mismo.
En cuanto al recorrido, no hay nada reseñable. Lo único un poco raro es
que durante todo el rato estuve oyendo entre la espesura silbidos de pájaros no
identificados. Y poco más.
13,52 km (8,40 millas)
287 m
1h 27 min (9,32 Km/h)
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